Mis pensamientos vs. Sus pensamientos.
- Eliana Salinas

- 9 may
- 3 Min. de lectura

Arráiguense profundamente en él y edifiquen toda la vida sobre él. Entonces la fe de ustedes se fortalecerá en la verdad que se les enseñó, y rebosarán de gratitud. No permitan que nadie los atrape con filosofías huecas y disparates elocuentes, que nacen del pensamiento humano y de los poderes espirituales de este mundo y no de Cristo. Pues en Cristo habita toda la plenitud de Dios en un cuerpo humano.
Colosenses 2:7-9
Vivimos en la era de la tecnología; la información está al alcance de nuestra mano y las redes sociales están plagadas de gurúes que nos dan 30 claves para ser felices; 5 hábitos para tener éxitos; 6 beneficios de conocerte mejor; 20 pasos para ser la mujer que soñaste, y cosas por el estilo.
Está bien estar informadas y conocer lo que los expertos han investigado por años y lo que han descubierto; está bien querer ser mejores cada día, está bien querer dejar de lado cosas que nos impiden avanzar, es bueno. Sin embargo, debemos prestar atención a lo que el apóstol Pablo les advirtió a los Colosenses en nuestro versículo de hoy. Les dijo que tuvieran cuidado con las filosofías huecas y los disparates elocuentes que nacen del pensamiento humano y no de Cristo, y es que el enemigo de nuestras almas utiliza estrategias sutiles que no se alejan de la verdad al extremo, sino que nos dicen verdades a medias.
Entre el 2019 y el 2020 tuve un periodo de alejamiento de Dios, viví procesos muy duros y como mi fe era débil culpé a Dios por lo que me tocó atravesar y me separé de Él. Así como el hijo pródigo dejó a su casa y a su padre yo me fui también. Fueron 9 meses lejos de casa, en esos 9 meses no quería, ni podía hablar con Dios, no quería escuchar nada que tuviera que ver con su camino, su palabra o su vida, como me gusta leer, empecé a considerar la filosofía estoica y la filosofía oriental, me gustaba lo que leía, parece muy lógico y verdadero. Además, está centrado en la paz interior, la meditación, la conexión con uno mismo y con el otro, etc. También leí mucho acerca de psicología, todo suena muy bien. Pero; sin darme cuenta, mi corazón y mi mente estaban centrados en mi ser, en mi desarrollo, en mi bienestar, en mi paz, en mí, en mí, en mí y en mí, en la AUTOrealización, AUTOconfianza, AUTOsatisfacción, AUTOnomía, AUTOestima y cualquier otro auto que aplique a este tema.
¿Esta mal? ¡Claro que no! Esto no es malo en sí mismo.
Aún recuerdo que después de esos largos 9 meses lejos del Señor, volví a casa y tenía encuentros semanales con una hermosa mujer de Dios que mentoreaba y bendijo mi vida en ese tiempo. Debo confesar que no estaba feliz de volver, porque yo me creía dueña de la verdad. Presentaba cierta resistencia en los encuentros y una vez luego de examinar el tema del día ella me dijo que debía renunciar a todo aquello que me ataba a nivel intelectual. Yo le dije: -pero ¿por qué tengo que dejar de lado esto que aprendí si se trata de buscar mi paz, y la del resto? -son ideas buenas, y son basadas en buenas intenciones, pero son “vanas filosofías” dijo ella. Yo pregunté - ¿Cómo vanas filosofías? -Es que Cristo no está en el centro y cualquier cosa que no tenga a Jesús en su centro no le da gloria a Él, me respondió.
Espero puedas ver mi punto.
Jesús debe ser el centro de nuestra vida. No nuestras ideas, ni nuestro bienestar, ni nada que nosotros consideremos que es importante.
Jesús.
Hace poco inicié con un grupo de mujeres un estudio bíblico en el que leemos Isaías y en esta semana un versículo caló profundo en mi corazón:
“Porque mis ideas no son como las de ustedes,
y mi manera de actuar no es como la suya.
Así como el cielo está por encima de la tierra,
así también mis ideas y mi manera de actuar
están por encima de las de ustedes.
El Señor lo afirma.” Isaías 55:8-9
Obedezcamos de buena gana al Señor siguiendo lo que nos dijo en Isaías, también en Mateo cuando dice que primeramente lo busquemos a él y todo lo demás será un regalo (Mt. 6:33) es decir, todos esos “autos” que enlistamos anteriormente se van a volver realidad pero no será por nuestra causa, sino por estar arraigadas en nuestro Dios y cuando la raíz es buena, todo el árbol es bueno.
Oro para que el Espíritu Santo traiga revelación a tu vida y puedas ver lo que él ve, que puedas ser libre de lo que te está atando a nivel intelectual y de conocimiento, oro para que las vendas de tus ojos se caigan y puedas rendirte completamente al Salvador.
Hoy confía en SUS pensamientos.
















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