Amor sin Palabras
- Eliana Salinas

- 14 mar
- 3 Min. de lectura

Pues el Señor tu Dios vive en medio de ti.
Él es un poderoso salvador.
Se deleitará en ti con alegría.
Con su amor calmará todos tus temores.
Se gozará por ti con cantos de alegría.
Sofonías 3:17 NTV
¿Recordás cuando en el colegio, o en la Universidad estabas aprendiendo una materia nueva?
Si te gustaba la materia querías que el profesor siguiera profundizando en el tema, que te enseñara más acerca de lo que sabía y te ibas muy satisfecha de haber podido aprender cosas nuevas.
Por el contrario, cuando tenías una asignatura que no era de tu agrado, evitabas ingresar a esas clases o querías que el profesor se calle de una vez para que la tortura terminara.
Sea uno u otro tu caso, la realidad es que llegado el momento de cierre de la materia, cuando teníamos que rendir el examen llegábamos al aula y nos inundaba un silencio abrumador; en mi país decimos “no volaba una mosca” el silencio del lugar era intimidante. Y allí era cuando todas pensábamos (o pensamos) decir lo mismo –Profe, ¿qué tengo que responder acá?
¿Sería sencillo No? Imagínate que llegás a rendir un examen y que el que tenés al frente te diga cómo responder ¡Que fácil!… Pero que sea fácil no asegura que hayamos aprendido lo que nos enseñaron, al contrario, significa que probablemente nunca desarrollaremos un conocimiento real de lo que se nos transmitió y quizás hasta lo olvidemos. Esto es real, ya sea que te guste o que no te guste lo que te están enseñando, si no hay un método de evaluación y no hay retroalimentación no fijamos conocimientos y mucho menos actuamos conforme a lo que aprendimos.
Por eso elegí este versículo para que reflexionemos acerca de que el Espíritu Santo nos capacita día tras día en intimidad con él, nos enseña que las cargas que llevamos hace años, no nos corresponde cargarlas, sino que son de Él; nos enseña acerca de los pecados que hay en nuestra vida y que probablemente no asumíamos como tales; acerca de los ajustes que necesitamos hacer. Lo hace con amor, con paciencia, con calma, va un paso a la vez, pero su trabajo es una obra de arte. En esos momentos nos sentimos plenas, seguras fuertes y llegado el momento de prueba ese trabajo realizado a lo largo de cierta temporada debe dar sus frutos.
Viví muchas circunstancias difíciles en mi vida y antes de alcanzar esta relación íntima con el Señor solía pensar que estaba sola, que él me había abandonado, que debí haber hecho algo muy mal para atravesar este momento.
No lo sabía, pero muy en lo profundo de mi ser creía que estaba recibiendo un castigo.
Hoy quiero que, así como yo pude atravesar ese umbral y caminar en libertad, vos también lo hagas. Tenés que saber que tu dolor no es ajeno a Dios, ni mucho menos un castigo. Es un momento de prueba que te entrena y te forja el carácter ¿Qué carácter? ¿Un carácter que te hace única, irrepetible y especial? ¡Claro que NO! ¡El carácter de Jesús en vos!
Aprendí y quiero compartir con vos esta verdad: ¡Dios no te hizo a vos y rompió el molde, él trabaja en vos para que llegues a encajar en el molde de CRISTO! Wow! ¡Que alivio! Dios no espera que seas de una forma misteriosa que aún no descifras, él ya te diseñó para que seas como Jesús.
Si estás pasando por una prueba en tu salud física, en tu salud emocional (o en la de tus seres queridos), si estás atravesando un momento de duelo, o conflictos emocionales, psicológicos e incluso financieros y pensás que Dios está lejos, te abandonó o te está castigando tenés que decir este versículo en voz alta; declará esta verdad: “el Señor tu Dios vive en medio de ti. Él es un poderoso salvador. Se deleitará en ti con alegría. Con su amor calmará todos tus temores. Se gozará por ti con cantos de alegría.” La versión Reina Valera dice “callará de amor”, así es, Nuestro Dios muchas veces permanece en silencio porque sabe que sos su Hija y está seguro de que actuarás honrándole. No se calla por castigo. Se calla por amor.
Se alegra de saber que nuestra identidad está en Él.
Hoy sentite amada por nuestro Padre.
















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